Responsabilidad del remitente
1. Claridad del mensaje: El remitente es el principal responsable de garantizar que el mensaje transmitido sea claro, conciso y fácilmente comprensible. Utilizar un lenguaje poco claro o ambiguo, proporcionar información insuficiente o asumir conocimientos compartidos puede dar lugar a interpretaciones erróneas y obstaculizar una comunicación eficaz.
2. Medio de comunicación: Elegir el medio de comunicación adecuado es crucial. Si el canal elegido (por ejemplo, correo electrónico, llamada telefónica o conversación en persona) no se alinea con la complejidad del mensaje o las preferencias del destinatario, puede contribuir a una comunicación ineficaz.
3. Conciencia cultural y contextual: El remitente debe tener en cuenta los matices, las diferencias y los contextos culturales que pueden influir en la forma en que se interpreta el mensaje. La falta de sensibilidad cultural puede provocar malentendidos y fallas en la comunicación.
4. Escucha activa: La comunicación eficaz implica también ser un oyente activo. El remitente debe demostrar interés en las respuestas del receptor y estar abierto a comentarios, preguntas y aclaraciones.
Rol del receptor
1. Atención y compromiso: El nivel de atención y compromiso del receptor tiene un gran impacto en la eficacia de la comunicación. Las distracciones, la falta de concentración o las nociones preconcebidas pueden dificultar la recepción precisa del mensaje.
2. Interpretación y comprensión: La interpretación del mensaje por parte del receptor puede no alinearse con el significado previsto por el remitente debido a prejuicios, experiencias o suposiciones individuales. Esto puede provocar malentendidos y una comunicación ineficaz.
3. Comentarios y aclaraciones: Si el receptor no busca aclaraciones ni proporciona comentarios, al remitente le resulta difícil evaluar el impacto del mensaje y hacer los ajustes necesarios.
Por tanto, una comunicación ineficaz no puede atribuirse únicamente al remitente. Es una responsabilidad colectiva que involucra a ambas partes, donde la expresión clara del emisor y la recepción atenta y el compromiso del receptor son vitales para una comunicación exitosa.
Al reconocer la responsabilidad compartida y trabajar para mejorar las habilidades de comunicación de ambas partes, podemos mejorar la eficacia general de la comunicación y minimizar los casos de malas interpretaciones y falta de comunicación.