Las potencias europeas compitieron por el control de colonias y recursos en África, Asia y Medio Oriente. Esta rivalidad provocó tensiones entre países y aumentó la probabilidad de conflicto.
2. Nacionalismo y militarismo:
Los crecientes sentimientos nacionalistas y el aumento del militarismo crearon una atmósfera de competencia y sospecha entre las naciones europeas. Las carreras armamentistas, las alianzas y las disputas fronterizas contribuyeron a aumentar las tensiones y una sensación de inseguridad entre los países.