Herencia británica: La mayoría de las colonias fueron fundadas por colonos ingleses y, como tales, compartían muchas similitudes culturales y lingüísticas.
Deseo de autogobierno: Un hilo común que unió a las 13 colonias fue su creciente deseo de autonomía del dominio británico, lo que en última instancia condujo a la Revolución Americana y la formación de los Estados Unidos.
Asambleas representativas: Las colonias también tenían estructuras políticas similares, con asambleas representativas donde los representantes electos actuaban en nombre de los colonos.
Derechos y sistemas jurídicos comunes: Las colonias operaban bajo el derecho consuetudinario y los sistemas legales británicos, lo que garantizaba cierto grado de coherencia jurídica en todas las colonias.
Comercio transatlántico: Las colonias participaron en un extenso comercio transatlántico con Gran Bretaña y otros países europeos, intercambiando materias primas por productos manufacturados.
Diversidad religiosa: Las colonias eran religiosamente diversas, con diferentes grupos como puritanos, anglicanos, cuáqueros y católicos, que buscaban refugio y libertad religiosa en Estados Unidos.
Servicio de servidumbre y esclavitud: Si bien no se compartían universalmente, la servidumbre y la esclavitud fueron elementos importantes en las economías y sociedades de varias colonias.