Sustitución: La escasez en tiempos de guerra también puede llevar a la sustitución de un bien por otro. Por ejemplo, si hay escasez de trigo, la gente puede sustituirlo por maíz u otros cereales en su dieta.
Controles de precios: Los gobiernos también pueden imponer controles de precios a los bienes esenciales para evitar la especulación y garantizar que sigan siendo asequibles para la población en general.
Aumento de la producción: En algunos casos, los gobiernos también pueden alentar o exigir una mayor producción de bienes esenciales para satisfacer la demanda en tiempos de guerra. Esto puede implicar, por ejemplo, ampliar la producción agrícola o convertir fábricas para producir bienes relacionados con la guerra.
Importación: Los gobiernos también pueden importar bienes esenciales de otros países para complementar los suministros internos.