Las colonias reales eran colonias británicas en América del Norte que estaban gobernadas directamente por la Corona británica, en lugar de por una empresa autorizada o un gobernador propietario. Estas colonias estaban bajo el control directo del monarca británico y eran administradas por un gobernador real designado por el rey. El gobernador real era responsable de hacer cumplir las leyes y regulaciones británicas, mantener el orden y promover el desarrollo económico en la colonia.
Las colonias reales incluían algunas de las colonias más importantes e influyentes de la América del Norte británica, como Virginia, Massachusetts, Nueva York y Pensilvania. Estas colonias desempeñaron un papel importante en el desarrollo de los Estados Unidos y fueron fundamentales en la Revolución Americana.