1. Acuñación temprana:
- Las primeras monedas estadounidenses se acuñaron en 1793, tras el establecimiento de la Casa de la Moneda de Estados Unidos. Estas primeras monedas incluían medio centavo (½ ¢), centavo grande ($ 0,01), media moneda de diez centavos (5 ¢), moneda de diez centavos (10 ¢), veinticinco centavos (25 ¢), medio dólar (50 ¢) y dólar ($ 1).
2. Sistema decimal:
- En 1792, Estados Unidos adoptó el sistema decimal, que simplificó los cálculos monetarios y facilitó la conversión entre diferentes denominaciones.
3. Estándares Plata y Oro:
- Durante el siglo XIX, Estados Unidos seguía los patrones de plata y oro, lo que significaba que el valor de las monedas se basaba en el peso y la pureza de los metales preciosos que contenían.
- El dólar de plata, el medio dólar y la cuarta parte eran de plata, mientras que el águila de oro ($10) y la media águila ($5) eran de oro.
4. Practicidad y Comodidad:
- Las denominaciones también fueron elegidas en base a consideraciones prácticas y a las necesidades de la economía.
- Las monedas tenían que ser de diferentes tamaños y pesos para poder distinguirse fácilmente, y debían tener valores convenientes para las transacciones cotidianas.
5. Inflación y cambios de moneda:
- Con el tiempo, la inflación erosionó el poder adquisitivo de las monedas, provocando cambios en su composición y denominaciones.
- El dólar de plata y el medio dólar se discontinuaron en 1935, y el medio centavo se suspendió en 1857 debido a la disminución de su valor.
6. Aleaciones de cobre y níquel:
- Para reducir los costos de producción y aumentar la durabilidad, el gobierno introdujo aleaciones de cobre y níquel para las monedas, en particular las de níquel (5 ¢), diez centavos (10 ¢) y veinticinco centavos (25 ¢).
7. Moneda moderna:
- En años más recientes, la Casa de la Moneda de EE. UU. ha introducido nuevas denominaciones de monedas, como la moneda de un dólar Susan B. Anthony ($1) y la moneda de un dólar Sacagawea ($1), junto con monedas conmemorativas y de edición especial.
Vale la pena señalar que la selección y modificación de las denominaciones de las monedas ha implicado extensos debates, estudios y aportaciones de diversas partes interesadas, incluidos economistas, expertos en monedas y el público en general. El objetivo ha sido garantizar que las denominaciones satisfagan las necesidades cambiantes de la economía manteniendo al mismo tiempo la practicidad, durabilidad y familiaridad en el sistema de acuñación.