Desarme Naval: La convención se centró principalmente en el desarme naval en los Grandes Lagos. Tanto Estados Unidos como Gran Bretaña acordaron limitar su presencia naval en los lagos. Consintieron en mantener sólo cuatro buques cada uno, cada uno de no más de 100 toneladas y armados con un cañón. Esta disposición tenía como objetivo prevenir una carrera armamentista y posibles conflictos en las vías fluviales.
Disputas de límites: La convención también abordó las disputas fronterizas a lo largo del paralelo 49 entre Estados Unidos y Canadá (entonces América del Norte británica). El paralelo 49 se había establecido como límite en el Tratado de París (1783), pero existían ambigüedades y desacuerdos sobre su ubicación precisa. La Convención de 1818 tenía como objetivo aclarar y resolver estas incertidumbres.
Islas en disputa: Un área específica de discordia fue la posesión de varias islas en el río San Lorenzo, incluidas Grand Island, Wells Island e Isle au Haut. La convención designó estas islas como territorio británico, resolviendo una disputa de larga data entre las dos naciones.
Derechos de pesca: Otro aspecto esencial de la convención fue el reconocimiento de derechos de pesca recíprocos para súbditos estadounidenses y británicos en las aguas y puertos a lo largo del paralelo 49. Esta disposición proporcionó a los pescadores de ambos países igual acceso a los caladeros y recursos de pesca en áreas donde los límites podrían no estar definidos con precisión.
Ocupación conjunta: La convención también reafirmó la ocupación conjunta del territorio de Oregón, que era el vasto territorio al oeste de las Montañas Rocosas y al norte del paralelo 49. Tanto Estados Unidos como Gran Bretaña acordaron mantener un reclamo conjunto sobre la región hasta que se pudiera resolver amistosamente.
Impacto económico: El Acuerdo Rush-Bagot tuvo importantes implicaciones económicas para ambos países. Al reducir la posibilidad de conflicto y mantener una frontera pacífica, fomentó el comercio y el desarrollo económico en la región de los Grandes Lagos y más allá.
En conclusión, la Convención de 1818 abordó y resolvió con éxito varias cuestiones cruciales que afectan la relación entre Estados Unidos y Gran Bretaña. Contribuyó a la paz y la estabilidad en la región de los Grandes Lagos, aclaró las disputas fronterizas y sentó las bases para la futura cooperación entre los dos países. El espíritu de compromiso y comprensión mutua plasmado en la convención continúa dando forma a las relaciones entre Estados Unidos y Canadá hasta el día de hoy.