Enredos extranjeros: Washington fomentó una política de neutralidad en asuntos exteriores y contra alianzas permanentes con otros países. Sostuvo que tales compromisos podrían conducir a conflictos innecesarios y socavar la soberanía de Estados Unidos.
Deuda excesiva: Washington advirtió contra la deuda pública excesiva, afirmando que podría ser una carga para las generaciones futuras y poner en peligro la estabilidad financiera de la nación. Abogó por una gestión fiscal prudente para evitar tales circunstancias.
Celo religioso: Washington advirtió contra los peligros potenciales del extremismo religioso y el faccionalismo. Hizo hincapié en que se debe defender la tolerancia y la libertad religiosa, y que ningún grupo religioso en particular debe tener poder sobre el gobierno o discriminar a otros.
Interés propio y corrupción: Washington advirtió contra la influencia del interés propio y la corrupción en el gobierno. Instó a los servidores públicos a defender la integridad, la honestidad y la virtud en sus acciones para asegurar el buen funcionamiento del gobierno y la preservación de la nación.