Sufragio femenino: El movimiento por el sufragio femenino también jugó un papel importante en el impulso a la prohibición. Muchas sufragistas creían que el alcohol era un obstáculo importante para los derechos y el sufragio de las mujeres. Argumentaron que el alcohol contribuía a la violencia doméstica, la pobreza y otros problemas sociales que afectaban a las mujeres de manera desproporcionada. A medida que las mujeres ganaron más influencia política a través del sufragio, se convirtieron en una fuerza poderosa en el movimiento prohibicionista.
Movimiento progresista: El movimiento progresista, que tenía como objetivo reformar la sociedad y promover la justicia social, también apoyó la prohibición. Los progresistas veían el alcohol como una amenaza a la salud pública, la moralidad y el progreso social. Argumentaron que la prohibición reduciría la delincuencia, mejoraría la salud pública y fortalecería a las familias y comunidades.
Primera Guerra Mundial: La entrada de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial en 1917 contribuyó aún más al impulso de la prohibición. El esfuerzo bélico requería la conservación de los recursos y el alcohol se consideraba un lujo que podía sacrificarse. Además, las preocupaciones sobre el impacto del alcohol en la salud y la eficiencia de los soldados y trabajadores de las industrias de guerra impulsaron el apoyo a la prohibición.
Estos factores se combinaron para crear un fuerte consenso político a favor de la prohibición, lo que llevó a la ratificación de la 18.ª Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos en 1919, que prohibía la fabricación, venta y transporte de alcohol.