Propiedad y uso de la tierra: Los colonizadores europeos trajeron consigo un concepto de propiedad privada muy diferente de los sistemas comunales de propiedad de la tierra que existían en muchas sociedades indígenas. Esto llevó a un conflicto por la propiedad y el uso de la tierra, ya que los colonizadores desplazaron a los pueblos indígenas de sus tierras tradicionales.
Enfermedad: La llegada de los europeos a América también trajo consigo una serie de enfermedades que eran nuevas para los pueblos indígenas. Estas enfermedades, como la viruela, el sarampión y la influenza, diezmaron a la población indígena y tuvieron un profundo impacto en sus sociedades.
Genocidio cultural: En algunos casos, los colonizadores europeos intentaron eliminar las culturas indígenas y reemplazarlas por las suyas propias. Este proceso de genocidio cultural implicó la destrucción de artefactos religiosos y culturales indígenas, la asimilación forzada de niños indígenas en las escuelas europeas y la supresión de lenguas y costumbres indígenas.
Resistencia y resiliencia: A pesar de los desafíos que enfrentaron, muchos pueblos indígenas resistieron la colonización europea y mantuvieron sus tradiciones culturales. Esta resistencia adoptó muchas formas, desde conflictos armados hasta movimientos de resurgimiento cultural y religioso. En muchos casos, los pueblos indígenas pudieron negociar con los colonizadores y mantener cierto grado de autonomía y autodeterminación.