1. Rotación de cultivos: La adopción de sistemas de rotación de cultivos, como la rotación de cuatro ciclos de Norfolk, jugó un papel crucial en el aumento de la producción de cultivos y la fertilidad del suelo. Al alternar entre cultivos fijadores de nitrógeno (p. ej., legumbres), cereales (p. ej., trigo), raíces (p. ej., nabos) y pastos, los agricultores podrían mantener la salud del suelo y minimizar el agotamiento de nutrientes.
2. Movimiento del recinto: El cercado de tierras comunales y campos abiertos permitió a los agricultores consolidar sus propiedades, mejorar el drenaje de la tierra e implementar nuevos métodos agrícolas de manera más eficiente. El cercado también facilitó el uso especializado de la tierra para diferentes cultivos, maximizando la productividad agrícola.
3. Cría selectiva: Los agricultores comenzaron a criar selectivamente ganado y cultivos para obtener las características deseadas, como tasas de crecimiento más rápidas, resistencia a enfermedades y mayores rendimientos. Esto condujo a mejoras en la calidad y cantidad de los productos agrícolas.
4. Equipo agrícola mejorado: El desarrollo de nueva maquinaria agrícola, incluida la sembradora y los arados mejorados, facilitó prácticas de plantación y cultivo más precisas y eficientes, reduciendo la mano de obra necesaria para la agricultura y aumentando la productividad.
5. Avances en Agronomía: Los científicos e investigadores agrícolas obtuvieron una mejor comprensión de la química del suelo y el crecimiento de las plantas, lo que les permitió desarrollar nuevos fertilizantes, métodos de control de plagas y técnicas de manejo de cultivos para optimizar el rendimiento de los cultivos.
6. Acceso a Nuevos Cultivos y Variedades: La exploración de nuevas regiones y la introducción de cultivos de América, como maíz, patatas y tomates, proporcionaron a los agricultores cultivos diversos y resistentes que se adaptaban bien a las condiciones climáticas británicas.
Al implementar estas innovaciones, los agricultores de Gran Bretaña pudieron intensificar sus prácticas agrícolas, aumentar el rendimiento de los cultivos y apoyar la creciente población y la industrialización del país. La Revolución Agrícola marcó el comienzo de una nueva era de productividad agrícola que tendría impactos duraderos en la economía y la sociedad británicas.