Con el tiempo, el uso de las letras se extendió a otras civilizaciones del mundo. En el antiguo Egipto, los jeroglíficos se utilizaban para escribir letras en rollos de papiro. En la antigua Grecia, los griegos desarrollaron un alfabeto y lo utilizaron para escribir letras en tablillas de cera. Y en la antigua Roma, los romanos usaban una escritura cursiva para escribir letras en pergamino.
El desarrollo del papel en China alrededor del siglo II a. C. hizo posible producir cartas de manera más fácil y económica, lo que condujo a un uso más amplio de las cartas con fines personales y literarios. En la Edad Media, los eruditos y líderes religiosos solían utilizar cartas para comunicarse entre sí. Y en el Renacimiento, las cartas eran utilizadas por una gama más amplia de personas, incluidos comerciantes, artistas y diplomáticos.
Hoy en día, las cartas todavía se utilizan para diversos fines, tanto personales como profesionales. Pueden estar escritos a mano o mecanografiados y pueden enviarse por correo, electrónicamente o incluso a través de las redes sociales.