1. Un cambio de una monarquía a una república. La Revolución Americana se libró contra la monarquía británica y, como resultado, Estados Unidos se convirtió en una república. Esto significaba que el jefe de Estado sería elegido por el pueblo y serviría por un período limitado.
2. Un sistema federal de gobierno. Estados Unidos es una república federal, lo que significa que el poder está dividido entre el gobierno nacional y los gobiernos estatales. El gobierno nacional es responsable de los asuntos que afectan a todo el país, como la política exterior y la defensa, mientras que los gobiernos estatales son responsables de los asuntos de carácter local, como la educación y la seguridad pública.
3. Un sistema de controles y contrapesos. La Constitución de los Estados Unidos incluye un sistema de controles y contrapesos, diseñado para evitar que cualquier rama del gobierno se vuelva demasiado poderosa. Este sistema incluye la separación de poderes, el sistema de frenos y contrapesos y el poder de revisión judicial.
4. Una declaración de derechos. La Declaración de Derechos es un documento que garantiza ciertos derechos fundamentales a todos los estadounidenses. Estos derechos incluyen la libertad de expresión, la libertad de religión y el derecho a un juicio justo.
5. Un sistema de elecciones libres y justas. Estados Unidos celebra elecciones periódicas, en las que todos los ciudadanos elegibles pueden votar. Estas elecciones son libres y justas y los resultados están determinados por los votos del pueblo.
El nuevo sistema político de Estados Unidos fue diseñado para ser un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Es un sistema que ha resistido la prueba del tiempo y ha servido de modelo para otras democracias de todo el mundo.