La ciudad fue fundada en 1718 por colonos franceses y rápidamente se convirtió en una importante ciudad portuaria. Sin embargo, la ciudad también estaba situada en una llanura baja y con frecuencia era inundada por el río Mississippi. Estas inundaciones causaron daños generalizados y dificultaron el crecimiento de la ciudad.
En el siglo XIX, la ciudad construyó un sistema de diques para protegerse de las inundaciones. Sin embargo, los diques no siempre fueron efectivos y la ciudad continuó inundándose. En 1927, la Gran Inundación del Mississippi causó daños devastadores en Nueva Orleans y la ciudad se vio obligada a reconstruirse.
Desde entonces, la ciudad ha construido un sistema más extenso de diques y muros de contención, y también ha elevado la elevación de muchas de sus calles. Estas medidas han ayudado a proteger la ciudad de las inundaciones y ha podido crecer y desarrollarse hasta convertirse en una metrópolis importante.