El monarca puede negarse a dar el consentimiento real a un proyecto de ley, lo que impediría que se convirtiera en ley. Sin embargo, este poder es ahora en gran medida teórico, ya que el monarca no ha rechazado el consentimiento real a un proyecto de ley desde el siglo XVIII.
2. Control del Parlamento sobre impuestos y gastos
El monarca no puede aumentar los impuestos ni gastar dinero sin el consentimiento del Parlamento. Esto significa que el Parlamento tiene el poder de controlar las finanzas del monarca y, por tanto, de limitar el poder del monarca.
3. El derecho del Parlamento a acusar al monarca
El Parlamento tiene el poder de acusar al monarca, lo que resultaría en su destitución de su cargo. Este poder sólo se ha utilizado una vez en la historia británica, cuando el Parlamento destituyó a Carlos I en 1649.