Bajas y desplazamientos:
- Pérdida de vidas: La segunda guerra chino-japonesa, que se desarrolló entre 1937 y 1945, provocó entre 20 y 30 millones de bajas chinas, tanto militares como civiles. Estas pérdidas se debieron principalmente a combates, masacres y dificultades durante la guerra, lo que lo convirtió en uno de los conflictos más mortíferos de la historia de China.
- Desplazamiento de población: La guerra obligó a innumerables civiles chinos a huir de sus hogares, lo que provocó desplazamientos masivos. Millones de personas buscaron refugio en zonas remotas o se convirtieron en refugiados, lo que puso a prueba los recursos y la infraestructura del país.
Perturbación económica:
- Daños a la infraestructura: La guerra causó una destrucción generalizada de infraestructura, incluidas redes de transporte, industrias y áreas agrícolas. Esto provocó graves perturbaciones en las actividades económicas y la productividad.
- Explotación económica: La ocupación japonesa resultó en la explotación de los recursos naturales y activos económicos de China. Se saquearon industrias y se desviaron recursos para el esfuerzo bélico japonés, paralizando la economía china.
- Hiperinflación: La guerra provocó hiperinflación, erosionando el valor de la moneda china. Esto afectó negativamente el poder adquisitivo de la población y provocó inestabilidad económica.
Consecuencias sociales y políticas:
- Ascenso del comunismo: La guerra contribuyó al ascenso del Partido Comunista de China (PCC). Los exitosos esfuerzos de movilización y resistencia del PCC contra los japoneses les granjearon el apoyo popular, lo que finalmente condujo a su victoria en la guerra civil china y al establecimiento de la República Popular China en 1949.
- Fragmentación política: La guerra exacerbó las divisiones políticas existentes dentro de China. El caudillismo persistió en algunas regiones, mientras el gobierno nacionalista luchaba por mantener el control en medio de reveses militares y conflictos internos.
- Humillación Nacional: La ocupación japonesa inculcó un sentimiento de humillación nacional y amargura entre el pueblo chino. Este sentimiento tuvo impactos duraderos en las relaciones exteriores y la política interna de China.
Efectos a largo plazo:
El profundo impacto de la Segunda Guerra Mundial en China se extendió mucho más allá del final del conflicto. Dio forma al panorama político, el desarrollo económico y la posición internacional de China durante las próximas décadas. La guerra dejó una profunda huella en la memoria colectiva china y continúa influyendo en las políticas y perspectivas actuales de China sobre cuestiones como la soberanía territorial y la seguridad nacional.