Derechos de los Estados: El sur creía que los estados deberían tener derecho a dictar sus propias leyes, independientemente de lo que dijera el gobierno federal. Esto incluía el derecho a mantener la esclavitud, aunque fuera ilegal en el norte. El Norte, por otra parte, creía que el gobierno federal debería tener el poder supremo y que los estados no deberían poder anular las leyes federales.
Esclavitud: La esclavitud fue el tema más divisivo entre el norte y el sur. La economía del sur se basaba en la agricultura y los esclavos eran esenciales para trabajar en las grandes plantaciones. El norte, por otro lado, tenía una economía más diversificada y se oponía cada vez más a la esclavitud. El movimiento abolicionista, que buscaba poner fin a la esclavitud, ganó popularidad en el norte en los años previos a la guerra civil.
Prioridades económicas: El norte y el sur también tenían diferentes prioridades económicas. El norte se centró en la industrialización, mientras que el sur se centró más en la agricultura. El norte quería construir fábricas y ferrocarriles, mientras que el sur quería proteger sus intereses agrícolas. Estas diferencias llevaron a conflictos sobre aranceles y otras políticas económicas.
Además de estas tres cuestiones principales, también existían diferencias culturales entre el norte y el sur. El sur tenía una sociedad más aristocrática, mientras que el norte era más igualitario. El sur también tenía un sentido de comunidad más fuerte, mientras que el norte era más individualista. Estas diferencias contribuyeron a la creciente tensión entre las dos regiones y eventualmente llevaron a la guerra civil.