Históricamente, la bandera confederada se ha utilizado para intimidar y aterrorizar a los afroamericanos, particularmente durante el Movimiento por los Derechos Civiles de las décadas de 1950 y 1960. Ha volado en mítines y protestas organizadas por grupos supremacistas blancos y el Ku Klux Klan (KKK). Estas asociaciones han hecho de la bandera confederada un potente símbolo de racismo y opresión, y su presencia en cualquier contexto a menudo se ve como una amenaza para los afroamericanos y su seguridad.
Por estas razones, muchos afroamericanos creen que exhibir la bandera confederada es una falta de respeto, división y daño. Lo ven como un símbolo de su lucha continua por la igualdad y la justicia racial, y su presencia sirve como un recordatorio del racismo y la discriminación que continúan enfrentando. Algunos afroamericanos abogan por la eliminación de la bandera confederada de los espacios públicos, incluidos parques y edificios gubernamentales, para crear una sociedad más inclusiva y acogedora.