Deseo de expansión: Estados Unidos llevaba mucho tiempo interesado en ampliar su territorio, particularmente en el noroeste del Pacífico. Alaska fue vista como una valiosa adición al país, ya que brindaba acceso a recursos naturales como oro, madera y pieles, así como ventajas militares estratégicas.
La influencia de William H. Seward: El secretario de Estado de los Estados Unidos, William H. Seward, fue un firme defensor de la compra de Alaska. Creía que era una inversión inteligente que beneficiaría a Estados Unidos a largo plazo. Seward también argumentó que adquirir Alaska mejoraría las relaciones con Rusia y reduciría el riesgo de conflicto entre los dos países.