Desigualdad social: Bajo la monarquía absoluta, existía una jerarquía social rígida con tres estamentos:el clero, la nobleza y la gente común (incluidos la burguesía y los campesinos). Los dos primeros estados disfrutaron de inmensos privilegios y exenciones, mientras que la gente común estaba cargada con fuertes impuestos y restricciones. Esta desigualdad creó un resentimiento generalizado entre las clases sociales más bajas.
Disparidades económicas: La economía francesa se encontraba en un estado de crisis debido al gasto real extravagante, los sistemas tributarios ineficaces y las políticas económicas que favorecían a las clases privilegiadas. La gente común enfrentó dificultades económicas, con precios altos, desempleo y pobreza. Este descontento económico alimentó los sentimientos antisistema.
Participación política limitada: El absolutismo negó cualquier participación política significativa a la gran mayoría de la población. La monarquía tomó todas las decisiones sin consultar al pueblo, lo que generó una falta de rendición de cuentas y representación. Esto profundizó aún más el descontento de la gente común y su deseo de un sistema más democrático.
Crecimiento de las ideas de la Ilustración: El Siglo de las Luces difundió nuevas ideas sobre los derechos individuales, la libertad, la igualdad y el contrato social. Estas ideas desafiaban el derecho divino de los reyes y el poder absoluto del monarca. Los filósofos de la Ilustración, como Voltaire, Rousseau y Montesquieu, inspiraron una sed de cambio tanto entre la élite educada como entre la gente común.
Influencia de la Revolución Americana: La exitosa Revolución Americana de 1776 proporcionó un poderoso ejemplo de un pueblo que derrocó una monarquía opresiva y estableció un gobierno democrático. Esto inspiró al pueblo francés y demostró la posibilidad de desafiar el gobierno absoluto.
Crisis financiera: La crisis financiera del gobierno francés, causada por años de gasto extravagante y mala gestión fiscal, provocó un aumento de los impuestos y una creciente deuda pública. La carga de estos problemas financieros recayó en gran medida sobre la gente común, exacerbando sus dificultades económicas y alimentando su descontento con la monarquía.
En resumen, el absolutismo contribuyó a la Revolución Francesa al crear desigualdades sociales y económicas, limitar la participación política, permitir que las ideas de la Ilustración se propagaran, inspirar el ejemplo de la Revolución Americana y provocar una grave crisis financiera. Estos factores se combinaron para crear un entorno propicio para la revolución y, en última instancia, condujeron al derrocamiento de la monarquía absoluta en Francia.