1. Rivalidad y competencia :Antes de la Primera Guerra Mundial, hubo tensiones entre las principales potencias europeas, particularmente entre Austria-Hungría, Alemania, Francia y Rusia. Cada país competía por mayor poder, prestigio e influencia en Europa y más allá. Estas rivalidades y competencia crearon una atmósfera de desconfianza e inseguridad entre estas naciones y las hicieron más susceptibles al conflicto.
2. Nacionalismo :El nacionalismo fue una fuerza poderosa en Europa durante finales del siglo XIX y principios del XX. Cada nación tenía sus propias aspiraciones y sentido de orgullo nacional, lo que podía dar lugar a conflictos con los países vecinos. La anexión de Bosnia y Herzegovina por Austria-Hungría en 1908 ya había aumentado las tensiones con Serbia, que vio la medida como una amenaza a sus propias ambiciones nacionales en la región.
3. Sistema de Alianzas :Europa estaba dividida en un complejo sistema de alianzas, mediante el cual los países tenían acuerdos de defensa mutua entre sí. Estas alianzas fueron diseñadas para mantener un equilibrio de poder en la región, pero también dificultaron que los países permanecieran neutrales en tiempos de crisis. Cuando Austria-Hungría declaró la guerra a Serbia, su aliada Alemania estaba obligada a apoyarla, mientras que Rusia, a su vez, estaba obligada a apoyar a Serbia.
4. Falta de comunicación y fracasos diplomáticos :Los días posteriores al asesinato estuvieron llenos de confusión, falta de comunicación y errores diplomáticos. Se intercambiaron ultimátums, movilizaciones e iniciativas diplomáticas entre las principales potencias, lo que provocó una ruptura de la comunicación y una falta de comprensión de las intenciones de cada uno. Estos fracasos contribuyeron a la creciente tensión y a la rápida escalada de la crisis.
5. Aumento de los planes y movilizaciones militares :Una vez que las tensiones comenzaron a aumentar, cada país inició sus planes militares de movilización. Cuando Austria-Hungría y Rusia ordenaron a sus ejércitos que se movilizaran, también lo hicieron Alemania y Francia, creando una sensación de urgencia y temor de que la guerra fuera inminente. La velocidad a la que se produjeron estas movilizaciones limitó las oportunidades de resolución diplomática y contribuyó al estallido de la guerra.
En resumen, el asesinato del archiduque Francisco Fernando fue el catalizador que encendió tensiones y rivalidades ya existentes entre las principales potencias europeas. Puso en marcha una cadena de acontecimientos, compuestos por nacionalismo, alianzas, falta de comunicación y preparativos militares, que finalmente llevaron al estallido de la Primera Guerra Mundial.