Hasta este año, la extrema derecha era un sector político e ideológico con escasa o nula representación institucional –ayuntamientos, parlamentos regionales, Congreso y Senado– en España. Era una situación extraña al observar el auge que estaba teniendo esta tendencia política en el resto de Europa.
La larga travesía por el desierto
La existencia de partidos con esta ideología fue comprobable desde la etapa de la Transición (ver cuadro adjunto referente a los más significativos), pero su relevancia fue insignificante y su peso y trascendencia social irrelevantes.
Aparte de los grupos citados, hay o hubo otros menos significativos, en ocasiones limitados a un término municipal o a una sola provincia, mostrando la importancia de aspectos como la personalidad o el arraigo de los candidatos a la hora de presentarse o no en las elecciones. las distintas circunscripciones. Al respecto, algunos autores hablan de tres grandes centros de la extrema derecha en España:Madrid, Barcelona y Valencia. La constelación de grupos es amplia:Falange Auténtica (FE), Alternativa Española (AES), Alianza Nacional (AN), Falange Española Independiente –de base estudiantil y que puede considerarse como la izquierda falangista–, etc. sus mayores handicaps y también uno de sus rasgos más característicos.
El partido que tal vez podría haber canalizado un proceso de unión y formación de estos grupos fue Fuerza Nueva luego de su “éxito” electoral en 1979. Habría seguido el modelo de Jean-Marie Le Pen en Francia. Su líder, Blas Piñar, era un diputado del Congreso surgido de las primeras elecciones democráticas. Los principios ideológicos sostenidos por este partido eran los mismos que habían servido para justificar el levantamiento militar de julio de 1936, inicio de la Guerra Civil y, por tanto, su intención última era revertir el proceso democrático iniciado en España. Entre estos postulados podemos mencionar:un nacionalismo español radical, el nacionalcatolicismo y algunos principios falangistas. Sus conexiones con grupos violentos –terroristas diríamos hoy– están documentadas; Así, las llamadas Guerrillas de Cristo Rey tenían entre sus filas a algunos miembros de este partido. Los motivos de su fracaso los explica Xavier Casals:la competencia con Alianza Popular por el mismo sector del electorado, la falta de una estrategia definida y su relación con la violencia política. El fracaso del golpe militar de febrero de 1981 anuló cualquier posibilidad de acceder al poder por la vía militar, una de las ideas con las que jugaba el FN. Este fracaso provocó una fuga de su militancia más cualificada. Por ello, su base social quedó reducida a cargos en el aparato del Estado franquista, ya con cierta edad, y a jóvenes con una fuerte carga ideológica pero sin experiencia política.
La fragmentación, el distanciamiento de los instrumentos del poder institucional y una carga ideológica que nada contrasta con la realidad social, proclive también al personalismo y a divisiones absurdas, explican la proliferación de estos partidos y grupos. Hasta hace poco, su presencia y actuaciones eran anecdóticas y su poder de convocatoria muy escaso.
En España, por razones obvias, la extrema derecha tiene sus raíces en el régimen de Franco. Pero, una vez que esto desapareció, no supo o no quiso adaptarse a la nueva realidad política democrática. Esto explica su paulatino colapso en las elecciones de los años setenta y ochenta del siglo pasado. Sirve también para comprender las dificultades que, hasta ahora, planteaba su recuperación. Puede haber tres razones principales:
- La gran mayoría de la base social que componía el aparato político de Franco entendió que el mensaje ideológico y político que había mantenido el régimen era inviable una vez desaparecido el dictador. Busco entonces, con el objetivo de permanecer en el poder o lo más cerca posible de él, la creación de partidos políticos equiparables desde una perspectiva democrática y que, con el correspondiente apoyo financiero e internacional, puedan participar con garantías en las elecciones electorales. procesos. en curso. No se debe suponer que este giro siempre estuvo liderado por el cinismo o el deseo de poder; También es muy posible que muchos cambiaran sus ideas de manera sincera. En cualquier caso, estos sectores supieron crear dos plataformas que acabaron representando lo que podemos llamar el centroderecha:la UCD de Adolfo Suárez y Alianza Popular, nacida como una federación de pequeños partidos liderados por políticos de origen franquista –Cruz Martínez Esteruelas , Federico Silva , Laureano López Rodó, etc.–. La personalidad de Manuel Fraga, su líder indiscutible, acabó imponiéndose a todos ellos. Por ello, los sectores más derechistas del régimen renunciaron a las formaciones de extrema derecha para representar sus intereses y buscaron acomodos, especialmente en Alianza Popular.
- Las clases media y trabajadora fuera del régimen de Franco también estaban muy lejos de apoyar a partidos que defendían la esencia de la dictadura. La memoria de estos sectores sociales, incluidos los que no militaban en partidos o sindicatos de izquierda, y el deseo de dejar atrás tanto la Guerra Civil como la dictadura, les impidieron tener cualquier relación con quienes se identificaban con los sectores más radicales. del régimen. En una dirección similar actuó la creciente secularización de la sociedad, que dificultó la aceptación del nacionalcatolicismo, una de sus principales ofertas. Estos factores inmunizaron a los sectores populares contra cualquier coqueteo con estos grupos durante bastante tiempo.
- La aparición entre 1989 y 2000 de diversos liderazgos políticos de personajes de gran ascendencia mediática, representativos de un populismo de derecha:José María Ruiz Mateos y Jesús Gil. Se trataría de fenómenos comparables –en términos de modos de acción, no de potencialidad– al caso de Silvio Berlusconi en Italia. Sus plataformas políticas, por débiles que sean, obtuvieron el apoyo de grupos de extrema derecha
En conclusión, sin apenas margen político ni sociológico, la evolución de estos partidos estuvo abocada al aislamiento y la insignificancia. Ni la llegada masiva de inmigrantes a España a partir del año 2000, ni la creciente desigualdad, ni el grave deterioro social impulsado por la Gran Recesión iniciada en 2008 sirvieron para impulsar el crecimiento de estos colectivos, como ocurrió en otros países europeos.
El comienzo de los cambios
Sin embargo, no fue posible para estas formaciones evitar los grandes retos a los que se enfrentaba la sociedad española a partir del nuevo siglo. Así, a partir del año 2000 surgieron algunos nuevos grupos –Plataforma per Catalunya, España 2000, Hogar Social– que paulatinamente fueron dejando de lado los rasgos ideológicos más puramente franquistas para adaptar su discurso a estas nuevas realidades. La inmigración comienza a ser criticada, especialmente la de origen musulmán, a la que se acusa de intolerancia y falta de voluntad de adaptación. La crisis del Estado de Bienestar, que obliga a reducir los recursos dedicados a ayudas y prestaciones sociales, se aprovecha para proponer la priorización de los españoles sobre los inmigrantes. Sus actuaciones también cambian:repartos de alimentos sólo a los autóctonos, ocupación de edificios vacíos para acoger a españoles sin hogar, etc… Unas actuaciones muy similares a las que llevó a cabo Amanecer Dorado en Grecia o la Casa Pound en Italia. A pesar de este cambio de estrategia e incluso de composición ideológica, sus logros electorales siguieron siendo mínimos; Plataforma por Cataluña dejó de presentarse a las elecciones municipales en 2015 y Hogar Social actuó como movimiento social.
El elefante en la cacharrería.
Escribiendo el final de esta entrada un día después de las elecciones autonómicas andaluzas del 2 de diciembre, es necesario hablar del auge de VOX. Un partido de muy reciente creación –2013– que ya consiguió presentarse a las elecciones europeas de 2014 y en las que su lista obtuvo 246.833 votos (el 1,57% del total), sin conseguir ningún diputado. Es cierto que en las dos elecciones generales –2015 y 2016– a las que se presentó su líder, Santiago Abascal, que había sido militante del PP como otros dirigentes del partido, los resultados no le fueron favorables, rondando el 0,20%. de los votos.
El ideario político de VOX se centra en varios elementos:una abierta defensa de la unidad de España para la que proponen la supresión de las autonomías; la regeneración de la política a través de un poder judicial independiente; la defensa de la familia tradicional y la prohibición del aborto (para lo que proponen derogar la actual ley sobre violencia machista); La xenofobia antimusulmana y la recuperación de la grandeza y la identidad española. Su programa económico ha sido descrito como liberal, lo que lo distancia de otros ejemplos intervencionistas existentes en la derecha populista europea:el Frente Nacional, por ejemplo. Incluso parece menos antieuropeo que muchos de sus compatriotas europeos. Por tanto, no se puede afirmar que VOX esté vinculado al franquismo o sea un neofranquismo. Sus postulados son los de la derecha radical o populista europea y contemporánea, los mismos que proponen otros grupos europeos, algunos en el poder, o personajes como Bolsonaro en Brasil o Trump en Estados Unidos, no en vano VOX se ha puesto en contacto con Steve Bannon. , uno de los estrategas electorales que llevó a Trump a su victoria.
Su relevante resultado en las elecciones andaluzas y sus prometedoras perspectivas políticas –importante aumento de la militancia y buenos resultados en los últimos sondeos electorales– introducen una variable desconocida en el panorama político español.
¿Por qué ahora?
La pregunta que podemos hacernos es:¿por qué una fuerza política de estas características está cobrando impulso ahora? Sin duda, la respuesta está en la confluencia de razones:
- La existencia de un importante sector de votantes de derecha tradicional "enojados" con el modelo autonómico de Estado y partidarios de su recentralización.
- Un claro rechazo a la actitud “benévola” del PP –y más aún del PSOE, por supuesto– con el desafío independentista catalán y lo que ha sido interpretado como un continuo chantaje y desprecio legal por parte de estos partidos. Un nacionalismo alimenta al otro.
- La crisis del PP. Un partido-refugio de toda la derecha desde hace mucho tiempo que está inmerso en un continuo aprieto por sus interminables casos de corrupción, por algunas de sus políticas consideradas poco derechistas, y por sus dificultades para afrontar una situación lejana. -alcanzar una transformación que la transforme en una derecha moderna. Un partido que empieza a presentar demasiadas filtraciones. En ese trance, su militancia y sus votantes suelen buscar nuevas fuerzas:Ciudadanos primero y ahora VOX.
- La visibilidad que ha ganado el tema de la inmigración y el doble error de los dos principales partidos:en el PP por asumirlo y avivar aún más el fuego, exagerando su importancia; en el PSOE por negarlo sistemáticamente. Ninguno de los dos ha logrado abordar el tema. Siguiendo otros caminos, ya recorridos, era inevitable que el tema entrara en campaña.
- Los errores de algunos sectores de izquierda, no sólo política sino también intelectual o mediática, que creían que bastaba demonizar al nuevo adversario o descalificarlo con cuatro epítetos manidos. Estos sectores ignoraban la existencia de problemas que eran relevantes para muchos andaluces. Como afirma Manuel Cruz:«cuando los problemas son auténticos no son de derechas ni de izquierdas. Que sean de derecha o de izquierda son las soluciones»
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