2. Inestabilidad política y fragmentación: A diferencia de Europa, que vio el surgimiento de Estados-nación estables y la consolidación del poder, América Latina experimentó un período de inestabilidad política y fragmentación. Muchos países latinoamericanos enfrentaron frecuentes cambios de gobierno, guerras civiles y disputas territoriales. La falta de gobiernos e instituciones centrales fuertes obstaculizó el desarrollo económico y el progreso social en la región.
3. Dependencia económica de las exportaciones primarias: Mientras Europa industrializó y diversificó su economía, América Latina siguió dependiendo en gran medida de la exportación de productos primarios como productos agrícolas y minerales. Esto hizo que las economías latinoamericanas fueran vulnerables a las fluctuaciones de la demanda y los precios globales, lo que generó inestabilidad económica y desigualdad.
4. Jerarquía social y desigualdad: América Latina heredó una jerarquía social rígida de la era colonial, con una pequeña élite gobernante, una gran población indígena y un número significativo de individuos esclavizados. A pesar de la abolición de la esclavitud en la mayoría de los países latinoamericanos durante el siglo XIX, la desigualdad social persistió y el acceso a la educación, la atención médica y el poder político siguió siendo limitado para la mayoría de la población.
5. Diversidad cultural y lingüística: A diferencia de Europa, donde los Estados-nación a menudo se definían por una lengua y una cultura compartidas, América Latina se caracteriza por su diversidad cultural y lingüística. Esta diversidad, influenciada por raíces indígenas, europeas y africanas, resultó en el desarrollo de identidades nacionales y expresiones culturales únicas en cada país.
6. Influencia de Estados Unidos: Estados Unidos jugó un papel importante en América Latina durante el siglo XIX, particularmente a través de la Doctrina Monroe y diversas intervenciones y ocupaciones. La influencia de Estados Unidos dio forma a los acontecimientos políticos, económicos y sociales en la región y contribuyó a la divergencia entre América Latina y Europa.
7. Persistencia del caudillismo: América Latina fue testigo del surgimiento de caudillos, poderosos líderes locales que ejercieron gran influencia y control sobre sus respectivas regiones. Si bien el caudillismo decayó en algunos países, persistió en otros y se convirtió en una característica definitoria de la vida política en América Latina.