Su reinado marcó el comienzo del Siglo de Oro español y el ascenso de la dinastía Habsburgo como una potencia importante en Europa. Era conocido por su ambición de unificar el cristianismo y sus intentos de consolidar su control sobre el continente europeo.
Como Carlos V, fue elegido Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico en 1519, sucediendo a su abuelo Maximiliano. Heredó los Países Bajos, Austria y otros territorios de los Habsburgo y, finalmente, añadió a sus dominios las coronas de España, Nápoles, Sicilia y Cerdeña.
El reinado de Carlos V se caracterizó por numerosos conflictos y guerras, tanto dentro de su vasto imperio como contra enemigos externos. Luchó contra el rey francés Francisco I por el control de Italia, participó en la Reforma Protestante en Alemania y dirigió expediciones militares contra el Imperio Otomano.
A pesar de los desafíos que enfrentó, Carlos V es recordado por su mecenazgo de las artes, la literatura y las ciencias. Fue uno de los principales mecenas del artista renacentista Tiziano y apoyó el trabajo del erudito humanista Erasmo.
En 1556, Carlos V abdicó del trono y dividió su imperio entre su hermano Fernando, que se convirtió en emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, y su hijo Felipe, que heredó los reinos españoles.
Carlos V se retiró al monasterio de Yuste en España, donde murió el 21 de septiembre de 1558. Es considerado uno de los monarcas más poderosos e influyentes de la historia europea, y su reinado tuvo un profundo impacto en el ámbito político, cultural y religioso. paisaje del siglo XVI.