Siempre he oído hablar del Puente de Alcántara, mi Sus padres Eusebio y Candela nacieron en ese famoso pueblo en 1926. Ellos, junto con sus paisanos, solían hablarme de ello. Los niños y adolescentes de la posguerra que en muchos casos no tuvieron la fortuna de tener acceso a la educación, hablaban de ello con orgullo. “Sí, nuestro pueblo tiene el puente más antiguo y mejor conservado de toda España”, era la frase que les salía en aquellas reuniones familiares, o también; "Bueno, no hemos bajado tiempos, por ese caminito que va desde el convento de las monjas hasta el puente". Sin duda, a pesar de desconocer la importancia real de tan impresionante construcción, sus frases y conversaciones denotaban un especial cariño por aquel puente.
Puente de Alcántara
No hace falta recordar que, en los años 80, sin canales de televisión, sin google, sin youtube, las únicas imágenes del Puente de Alcántara que tenía, venían de las fotografías , que adornaba las paredes de los centros culturales extremeños en Cataluña. Pues ahí estaba yo en aquel tórrido verano de 1987 (os aseguro que no es una fresa completa), para encontrarme por primera vez con el Puente de Alcántara, por cierto, para los curiosos, en la imagen el primero de la derecha . Hay que puntualizar que el motivo que me trajo al pueblo de mis padres cuando tenía 18 años, no fueron las fiestas al lado del Bar Lisboa, donde se reunían hijos de inmigrantes de diferentes partes de España, o sí, bueno dejemos este asunto para otra ocasión.
En ese momento de mi vida, yo era un estudiante desmotivado de segundo ciclo de Formación Profesional, en la especialidad de Electrónica. Entonces, después de pisar el puente, tomé conciencia de algo que estaba constantemente en mi mente. Las preguntas comenzaron a aparecer en mi mente; ¿Cómo ha estado durante 2.000 años? los romanos fueron sus constructores, pero ¿cuándo? ¿Qué pasó durante los otros períodos históricos? En definitiva, fue la constatación de mi error al elegir estudios posteriores al EGB. Afortunadamente, con el tiempo he decidido corregir mi error.
Ahora sé que el puente fue construido a principios del siglo II d.C. C., concretamente entre los años 103-106, durante el mandato del mayor emperador que tuvo Roma. Un tal Trajano, que para colmo nació a unos 300 kilómetros al sur del majestuoso puente romano de Alcántara. Ahora también puedo relatar que su obra fue financiada por una serie de pueblos, que desde Augusta Emérita comerciaban con la actual región de la Beira portuguesa, y que veía pasar carros cargados de minerales y productos agrícolas. Que, si bien no fue considerada una de las vías más transitadas de la Hispania romana, su ingeniero Cayo Julio Lacer acertó de lleno con su sistema constructivo. Sus seis arcos descansan sobre cinco pilares, el central siempre cubierto de agua y los dos sucesivos durante gran parte del tiempo. Por tanto, su cimentación, precisamente rebajando la roca natural de la zona, fue la clave para que las aguas del río Tajo las respetaran durante miles de años.
Pero sobre todo sabemos que si hoy está en pie es gracias al esfuerzo de los alcántaras y de muchos otros pueblos a lo largo de la historia. Con gran probabilidad hasta 1213 el puente permaneció intacto, como dijo el famoso geógrafo musulmán Al-Idrisi; en el siglo XII era una de las maravillas del mundo. Pero en aquella época las luchas entre los almohades y el rey de León, Alfonso IX, le llevaron a perder el primer arco de la margen derecha. Debió haber sido reparado al cabo de unos años, por vivir una de las anécdotas que seguro nos hará reflexionar al final de este artículo. Lo mismo ocurrió a finales del siglo XV en plena guerra entre portugueses y castellanos; en un momento el duque de Villahermosa, hermano de Fernando de Aragón, amenaza con derribar el puente. La respuesta del rey de Portugal fue contundente; “no tires el puente, para conquistar Castilla la rodearé de otro lugar para no desgastarla, es más, no quiero el reino sin dicho puente ”.
Grabado del puente del siglo XIX, antes de su última reconstrucción.
Posteriores grandes reyes como el emperador Carlos V, o Carlos III en el siglo XVIII dejaron su huella en el monumento tras dos reparaciones. En 1858, reinando Isabel II, gracias al esfuerzo de la Academia de la Historia, el arco triunfal central fue reparado hasta adquirir su aspecto actual. Por supuesto, en todos ellos se respetó el trazado original, que construyeron nuestros antepasados en el siglo II.
De repente llegamos al siglo XXI, donde cualquiera puede comprobar el deterioro que ha sufrido el Puente de Alcántara en los últimos años, ¿y qué nos encontramos? Bueno, para algunas autoridades que le dan la espalda al problema, sinceramente les cuesta entender que una construcción como ésta no haya sido catalogada como Patrimonio de la Humanidad, sino que tenga que seguir soportando el paso de camiones sobre ella. Señor Felipe VI, posiblemente vaya donde no me llaman, pero quizá sería estupendo que nuestros descendientes encontraran una placa en el Puente de Alcántara con su nombre, aunque sinceramente tengo pocas esperanzas.
Imagen del puente hoy, publicada por los amigos del Día de la Romanidad.
No tengo más remedio, en memoria de aquel verano del 87, que apelar a mis amigos que promueven el Día de la Romanidad. Federico Romero, Pedro Villanueva y León Arsenal, qué fantástica idea habéis tenido promocionando esa festividad, y denunciando nuevamente en los últimos días el deterioro del Puente de Alcántara. Gracias por vuestro esfuerzo, y por supuesto, desde Caminando por la Historia, nos sumamos a cualquier acción que se impulse desde vuestra asociación. A los lectores, los invito a leer este artículo para conocer de primera mano su estado actual:diadelaromanidad.
Más información:
Cuadernos Populares, Juan J. Villarroel Escalante, Ed. Regional de Extremadura, 1991.