Hija de Constanza de Borgoña y Alfonso VI de León, rey de León, Urraque se convirtió, en 1109, en reina de Castilla, León y Galicia y reclamó el título de Reina de España.
Novia muy joven
Nacido en abril de 1079, Urraque era el hijo mayor superviviente de Constanza de Borgoña y Alfonso VI de León. Su lugar en la línea sucesoria la sitúa en el centro de los intereses políticos y tenía ocho años cuando se comprometió y luego se casó con Raimundo de Borgoña, hijo del conde de Borgoña y conde de Galicia. Cuando tenía trece o catorce años, el matrimonio se consumó y dio a luz a un niño muerto. En 1105 dio a luz a un hijo.
En 1107, Raimundo sucumbió a una enfermedad y Alfonso VI de León contrajo una nueva promesa de matrimonio con Alfonso I de Aragón, conocido como el Batallador, para reunir Castilla y León con Aragón. En 1109 murió Alfonso VI y Urraque se convirtió en reina. No desea casarse con Alfonso I de Aragón pero honra los deseos de su padre.
Pacificación del reino
Su matrimonio, sin embargo, provocó rebeliones en Galicia. Alfonso I es mal aceptado por el reino. Urraque ve con malos ojos su forma de tratar a los rebeldes y, acusando a Alfonso de violencia, lo abandona en mayo de 1110. El conflicto degenera en guerra abierta entre Castilla y León y Aragón, hasta una tregua en 1112, con la anulación de la casamiento. El reino de Urraque perdió entonces territorios, que trabajará para recuperar.
Urraque no se vuelve a casar. Su líder militar, el conde Pedro González de Lara, se convierte en su amante y tienen dos hijos. Ella reina sola sobre su reino, cuya integridad consigue restaurar y que transmite a su hijo, íntegro y pacificado, a su muerte en 1126.