Fue responsable de la muerte de varios miembros de su propia familia, incluidos sus sobrinos, el rey Eduardo V y Ricardo, duque de York, y su hermano, Jorge, duque de Clarence. También ordenó la ejecución de varios de sus oponentes políticos.
Sin embargo, también fue un mecenas de las artes y el aprendizaje. Fundó una escuela en York y apoyó a varias universidades. También fue un hábil líder militar y ganó varias batallas contra sus rivales.
El reinado de Ricardo finalmente duró poco. Fue derrotado y asesinado en la batalla de Bosworth Field en 1485 por Enrique Tudor, quien se convirtió en el rey Enrique VII.
Los Tudor intentaron retratar a Ricardo como un tirano y un monstruo, y esta imagen de él ha persistido en la cultura popular. Sin embargo, también hay evidencia de que era un gobernante capaz e inteligente que era leal a sus seguidores.