Durante la Primera Guerra Civil (1642-1645), las fuerzas del rey fueron derrotadas en Edgehill, Marston Moor y Naseby. En la Segunda Guerra Civil (1648-1649), los escoceses vinieron a apoyar al rey pero fueron derrotados en Preston. El rey se rindió y fue ejecutado en enero de 1649.
La guerra civil fue consecuencia de tensiones de larga data entre la Corona y el Parlamento. Estas tensiones se habían visto exacerbadas por las políticas religiosas y políticas de Carlos I, que estaba decidido a afirmar su autoridad sobre el Parlamento e imponer un acuerdo religioso uniforme.
Las cuestiones políticas en el centro del conflicto fueron:
- El poder de la monarquía:Carlos I creía en el derecho divino de los reyes y pretendía gobernar sin el consentimiento del Parlamento. El Parlamento, por otra parte, buscó limitar los poderes del Rey y establecer su propia autoridad.
- El papel del Parlamento:El Parlamento quería desempeñar un papel importante en la toma de decisiones y la legislación. Carlos I, sin embargo, veía al Parlamento como un mero órgano consultivo.
- Divisiones religiosas:El Rey apoyó a la Iglesia de Inglaterra establecida y buscó suprimir otros grupos religiosos, particularmente los puritanos. Muchos miembros del Parlamento eran puritanos que estaban a favor de una mayor libertad religiosa.
- Desavenencias financieras:el Parlamento controlaba el dinero y podía negarse a conceder dinero al Rey. Carlos I recurrió a menudo a medidas extraparlamentarias para recaudar fondos, lo que enfureció al Parlamento.
Además, los conflictos personales entre el Rey y algunos miembros del Parlamento, incluidos John Pym y John Hampden, agravaron aún más las tensiones. Estos factores se combinaron para crear una situación de desconfianza y conflicto que finalmente condujo a la guerra civil.