1. Enseñanzas autorizadas: Tanto el dogma como la doctrina se refieren a enseñanzas autorizadas que se consideran inmutables y fundamentales para una fe o sistema de creencias en particular. No están abiertos a interpretación o modificación individual.
2. Contexto religioso: El dogma y la doctrina se asocian principalmente con contextos religiosos, proporcionando un marco de creencias, principios y prácticas que guían a las comunidades e individuos religiosos. Se consideran componentes esenciales de las doctrinas religiosas.
3. Sistema de creencias establecido: El dogma y la doctrina forman la base de un sistema de creencias bien establecido dentro de un marco religioso o filosófico. Proporcionan claridad, coherencia y continuidad en las enseñanzas y prácticas seguidas por sus seguidores.
4. Tradición y Autoridad: Tanto el dogma como la doctrina tienen sus raíces en la tradición y se consideran transmitidos por una autoridad suprema, como una deidad, un profeta, un concilio o un líder venerado. Son aceptadas y transmitidas como verdades autorizadas.
5. Preservación de la fe: El dogma y la doctrina sirven para preservar las creencias y valores fundamentales de una tradición religiosa a través de generaciones. Garantizan la transmisión constante de enseñanzas, rituales y principios morales que definen la identidad de una comunidad de fe.
6. Influencia en el culto y las prácticas: El dogma y la doctrina influyen en los rituales, ceremonias y prácticas devocionales dentro de las tradiciones religiosas. Proporcionan un marco para comprender el significado y el significado detrás de diversas prácticas religiosas.
7. Creencias compartidas: El dogma y la doctrina proporcionan creencias compartidas y puntos en común para los miembros de una comunidad religiosa o filosófica. Facilitan la identidad colectiva, la unidad y el sentido de pertenencia dentro de la comunidad.
8. Influencia en las pautas éticas y morales: Los dogmas y las doctrinas a menudo incluyen pautas morales y éticas que moldean el comportamiento, los valores y la toma de decisiones de individuos y comunidades.
9. Aceptación incondicional: El dogma y la doctrina generalmente exigen aceptación y obediencia incondicionales por parte de sus seguidores, ya que se los considera verdades inmutables.
10. Posibles controversias: Tanto el dogma como la doctrina pueden ser fuentes de controversia y desacuerdo, particularmente cuando se los percibe como obsoletos, restrictivos o discriminatorios a la luz de los cambios en los valores y creencias de la sociedad.