El T-34 tenía un rendimiento y capacidades excelentes para su época. Tenía un potente motor que le proporcionaba una movilidad superior y la capacidad de superar a muchos otros tanques. Su cañón ZiS-3 de 76,2 mm era capaz de perforar el blindaje de la mayoría de los tanques alemanes de la época. El tanque tenía un diseño de blindaje inclinado, lo que mejoraba su capacidad de supervivencia al desviar los proyectiles enemigos.
El T-34 también era fácil de mantener y reparar, lo que lo hacía adecuado para la naturaleza rápida y fluida del combate de la Segunda Guerra Mundial. El diseño simple y confiable del T-34, combinado con su rendimiento, se convirtió en el punto de referencia para otros diseños de tanques durante la guerra y ha influido en los diseños de tanques hasta el día de hoy.