- Lesiones físicas:Muchos soldados sufrieron lesiones físicas sufridas durante el combate, como amputaciones, heridas de bala y lesiones en la cabeza. Estas lesiones podrían provocar discapacidades a largo plazo y dolor crónico.
- Trastornos de salud mental:la guerra tuvo un profundo impacto en la salud mental de los soldados, provocando afecciones como el trastorno de estrés postraumático (TEPT), depresión y ansiedad. Estos trastornos podrían afectar gravemente la capacidad de los soldados para funcionar en la vida cotidiana después de la guerra.
- Problemas respiratorios:La exposición a gases tóxicos como el cloro y el gas mostaza durante la guerra provocó problemas respiratorios, como bronquitis, enfisema y asma. Estas condiciones podrían persistir mucho después de la guerra, afectando la salud general y la calidad de vida de los soldados.
- Tuberculosis (TB):El hacinamiento y las condiciones insalubres en las trincheras y campamentos militares contribuyeron a la propagación de la tuberculosis. Los soldados con tuberculosis a menudo desarrollaban daños pulmonares graves.
- Desnutrición:La escasez de alimentos y las raciones inadecuadas durante la guerra provocaron una desnutrición generalizada entre los soldados. Esto podría provocar diversos problemas de salud, como debilidad, fatiga y susceptibilidad a infecciones.
- Enfermedades infecciosas:Los soldados estuvieron expuestos a diversas enfermedades infecciosas durante la guerra, incluidas el cólera, la fiebre tifoidea y enfermedades venéreas (como la sífilis y la gonorrea).
- Congelación y pie de trinchera:los soldados estacionados en ambientes fríos y húmedos corrían riesgo de sufrir congelación y pie de trinchera, una afección causada por la exposición prolongada a condiciones húmedas e insalubres. Ambas condiciones podrían provocar daño tisular y amputación.