- Velocidad lenta: Los vagones cubiertos eran relativamente lentos, con un promedio de entre 2 y 3 mph en buenas carreteras y mucho más lentos en terrenos accidentados. Esto hacía que el tiempo de viaje fuera muy largo y difícil, especialmente en distancias largas.
- Incómodo: Los carros cubiertos no eran muy cómodos para viajar, especialmente durante largos períodos de tiempo. A menudo eran hacinados, polvorientos y calurosos. El sistema de suspensión también era muy básico, lo que significaba que los pasajeros eran empujados y rebotaban constantemente.
- Peligroso: Era peligroso viajar en carros cubiertos, especialmente en carreteras en mal estado o con mal tiempo. Eran propensos a volcarse y podían dañarse o destruirse fácilmente por accidentes o terreno. Además, los viajeros en el viaje también eran vulnerables a los ataques de bandidos, nativos americanos y animales salvajes.
- Requerir un equipo de animales: Los carros cubiertos requerían un equipo de animales, como caballos o bueyes, para tirar de ellos. Esto aumentaba el costo y la complejidad del viaje, ya que había que alimentar y cuidar a los animales.
- Necesita reparación constante: Los vagones cubiertos podrían sufrir una variedad de problemas que debían repararse o reemplazarse, como ruedas, ejes o lonas rotas.
- Capacidad de carga limitada: Los vagones cubiertos tenían una capacidad de carga limitada, por lo que los viajeros debían tener cuidado de llevar sólo lo esencial. Esto podría ser un desafío, especialmente para familias con niños pequeños.