1. Disminución de la afiliación sindical :El rápido crecimiento económico y la expansión industrial durante la década de 1920 provocaron una disminución de la afiliación sindical. Muchos trabajadores disfrutaron de mejores salarios y beneficios, lo que redujo su motivación para organizar sindicatos.
2. Resistencia del empleador :Muchos empleadores resistieron activamente los esfuerzos de sindicalización. Utilizaron diversas estrategias para desalentar las actividades sindicales, como despedir a los organizadores sindicales, incluir en listas negras a los trabajadores que participaban en actividades sindicales y utilizar sindicatos patrocinados por la empresa o programas de asistencia social como alternativas a los sindicatos independientes.
3. Desafíos legales :La Ley Nacional de Relaciones Laborales, que protegía los derechos de los trabajadores a organizarse y negociar colectivamente, no se promulgó hasta 1935. En ausencia de protecciones legales sólidas, los empleadores a menudo utilizaron medios legales para desafiar y debilitar a los sindicatos.
4. Propaganda antisindical :Los grupos empresariales y los medios de comunicación difundieron propaganda antisindical, presentando a menudo a los sindicatos como amenazas a la economía y la libertad individual. Estos esfuerzos tenían como objetivo moldear la opinión pública y poner a los trabajadores en contra de las organizaciones laborales.
5. Cambios tecnológicos :La introducción de nuevas tecnologías y la reorganización de los procesos de producción durante la década de 1920 provocaron cambios en la composición de la fuerza laboral. El crecimiento de industrias como la automotriz, química y eléctrica, junto con el declive de industrias tradicionales como la textil y la minería, afectaron la fuerza y la organización de los sindicatos.
6. Políticas gubernamentales :Las políticas gubernamentales de la época no favorecían a los sindicatos ni a la negociación colectiva. La Corte Suprema emitió fallos que restringieron los derechos de los sindicatos y les hicieron más difícil organizarse. Además, el gobierno intervino a menudo en los conflictos laborales, poniéndose del lado de los empleadores y debilitando el poder sindical.
A pesar de estos desafíos, algunos sindicatos continuaron organizándose y defendiendo los derechos de los trabajadores durante la década de 1920. En particular, durante este período se formaron la Federación Estadounidense del Trabajo (AFL) y el Congreso de Organizaciones Industriales (CIO), sentando las bases para el resurgimiento de la fuerza laboral en la década de 1930.