Falta de representación :Las colonias británicas carecieron de una representación adecuada en el proceso de toma de decisiones. A los colonos no se les permitió participar en el Parlamento británico, que tomaba decisiones que afectaban sus vidas y sustentos sin su participación.
Fiscalidad sin representación :Los colonos estaban sujetos a impuestos impuestos por el Parlamento británico sin tener representación ni voz en el asunto. Esto llevó al famoso eslogan:"No hay impuestos sin representación".
Actos intolerables :En respuesta al Boston Tea Party y otras protestas, el Parlamento británico aprobó las Leyes Intolerables, que restringieron los derechos de los colonos y alimentaron aún más el descontento.
Explotación económica :Los británicos impusieron varias regulaciones y restricciones comerciales que beneficiaron a los comerciantes y fabricantes británicos a expensas de los colonos.
Control sobre los recursos naturales :Las autoridades británicas a menudo ignoraron los derechos e intereses de los colonos en la explotación de los recursos naturales y la tierra, lo que provocó conflictos y tensiones.
Ausencia de derechos básicos :El gobierno británico negó a los colonos derechos y libertades básicos, como la libertad de expresión, reunión y prensa, que son fundamentales para el buen gobierno.
Sistema jurídico :El sistema legal británico en las colonias estaba sesgado hacia los intereses británicos y a menudo no lograba brindar igualdad de justicia a los colonos.
Trato injusto :Los colonos enfrentaron discriminación y trato desigual en comparación con los ciudadanos británicos, lo que generó resentimiento e insatisfacción.
En general, el dominio británico en las colonias priorizó el control económico y político en lugar del cumplimiento de los principios básicos de buen gobierno, lo que generó tensiones crecientes que finalmente culminaron en la Revolución Americana y el establecimiento de unos Estados Unidos independientes.