Violación de la cláusula de igual protección:
Marshall sostuvo que la segregación racial en las escuelas públicas violaba la Cláusula de Igual Protección de la Decimocuarta Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos. Sostuvo que la doctrina de "separados pero iguales" establecida en el caso Plessy v. Ferguson de 1896 no garantizaba la igualdad de protección ante la ley.
Impacto psicológico perjudicial:
Marshall presentó testimonios de expertos y estudios psicológicos que destacan los efectos nocivos de la segregación en la autoestima y las oportunidades educativas de los niños afroamericanos. Sostuvo que la separación forzada por motivos de raza generaba sentimientos de inferioridad y daño psicológico, lo que obstaculizaba su desarrollo y sus logros educativos.
Falta de igualdad educativa:
Marshall demostró que las escuelas segregadas en Topeka, Kansas, y más allá, eran tremendamente desiguales con respecto a las escuelas blancas en términos de financiación, recursos, instalaciones educativas y profesores calificados. Esto, enfatizó, negaba a los niños afroamericanos la igualdad de oportunidades educativas, lo que contribuía al ciclo continuo de discriminación y privación.
Efecto estigmatizador:
Marshall destacó que el acto mismo de segregación conlleva un estigma generalizado e implica una inferioridad inherente de los afroamericanos. Sostuvo que separar a los niños únicamente por motivos de raza refuerza la idea de que estos niños y su educación son menos importantes y valiosos que los de los niños blancos.
Estos argumentos y pruebas presentados por Thurgood Marshall y su equipo legal jugaron un papel clave en la decisión unánime de la Corte Suprema a favor de la abolición de la segregación en las escuelas públicas de Estados Unidos.