A pesar de los desafíos, muchos profesores y estudiantes encontraron formas de seguir aprendiendo durante la guerra. Utilizaron métodos de enseñanza creativos y confiaron en el apoyo de la comunidad para garantizar que los estudiantes recibieran una educación de calidad. En algunos casos, los estudiantes incluso asumieron responsabilidades adicionales, como ayudar con el esfuerzo de guerra o trabajar para mantener a sus familias.
Aunque la guerra tuvo un impacto negativo en la educación, también provocó algunos cambios positivos. Por ejemplo, la guerra ayudó a crear conciencia sobre la importancia de la educación y condujo al desarrollo de nuevos métodos y materiales de enseñanza. Después de la guerra, muchos países se comprometieron a mejorar la educación, y la calidad de la educación mejoró significativamente en los años siguientes.