1. Imperialismo y nacionalismo: La rivalidad entre las potencias europeas por colonias y recursos, combinada con un nacionalismo creciente y el deseo de expansión territorial, creó tensiones y aumentó la probabilidad de conflicto.
2. Alianzas y Enredos: El sistema de alianzas entre las potencias europeas, como la Triple Entente (Gran Bretaña, Francia y Rusia) y la Triple Alianza (Alemania, Austria-Hungría e Italia), creó una red de obligaciones que hacía difícil calmar las tensiones sin escalando hacia un conflicto más amplio.
3. Carrera armamentista: La intensa acumulación de armas entre las naciones europeas en los años previos a la guerra creó un clima de miedo y sospecha. La competencia por superarse unos a otros en fuerza militar aumentó aún más las tensiones.
4. Crisis de Bosnia y asesinato del archiduque Francisco Fernando: La anexión de Bosnia y Herzegovina por Austria-Hungría en 1908 y el asesinato del archiduque Francisco Fernando en 1914 fueron los detonantes inmediatos que desencadenaron una cadena de acontecimientos que condujeron al estallido de la guerra.
5. Militarismo y gestión de crisis: La prevalencia de culturas militaristas, la influencia de las elites militares en la formulación de políticas y los mecanismos diplomáticos inadecuados para gestionar las crisis contribuyeron al fracaso en la resolución pacífica de las tensiones.
Es importante señalar que estos factores no son mutuamente excluyentes y su interacción condujo al estallido de la Primera Guerra Mundial. Las combinaciones específicas de causas y su importancia relativa han sido debatidas entre los historiadores durante décadas.