El propósito de las libretas de racionamiento durante la Segunda Guerra Mundial era garantizar que los recursos limitados se distribuyeran equitativamente entre la población. Debido a las perturbaciones causadas por la guerra, los bienes escasearon a medida que se interrumpieron la producción y las cadenas de suministro. El racionamiento tenía como objetivo prevenir el acaparamiento, las actividades del mercado negro y las desigualdades en el acceso a productos básicos.
Al hacer que la gente presentara sus libretas de racionamiento al comprar bienes, los gobiernos podían monitorear y regular el consumo, asegurando que todos tuvieran acceso a suministros esenciales. Ayudó a frenar la demanda excesiva, reducir el desperdicio y garantizar una provisión constante de las necesidades durante tiempos difíciles.
La posesión y el uso de libretas de racionamiento fueron esenciales para la supervivencia durante la Segunda Guerra Mundial, ya que proporcionaron a las personas y familias los medios para adquirir recursos críticos durante períodos de escasez.