Cambios en los Distritos Electorales:
Redistribución de escaños:La Ley de Reforma redistribuyó escaños parlamentarios de "barrios podridos" (pequeños distritos electorales con pocos votantes) a ciudades y pueblos industriales más grandes que anteriormente no habían estado representados o estaban subrepresentados. Esto tenía como objetivo alinear la representación con la distribución de la población.
Aumento de escaños municipales:el número de escaños parlamentarios de los distritos aumentó de 144 a 225, lo que mejoró significativamente la representación de las áreas urbanas.
Cambios en Franquicia:
Ampliación de la franquicia:La Ley de Reforma amplió los derechos de voto a todos los jefes de familia varones que ocupaban locales de cierto valor dentro de un municipio. Esta disposición amplió el electorado para incluir a la creciente clase media.
Copiadores y arrendatarios:la franquicia también se otorgó a los copistas (individuos que pagaban el alquiler de la tierra pero tenían derechos de propiedad) y a los arrendatarios (inquilinos a largo plazo) que cumplían requisitos específicos del valor de la propiedad.
Efecto sobre la representación:
Reequilibrio del poder:La Ley de Reforma abordó la distribución desigual del poder parlamentario, que anteriormente había favorecido a los terratenientes aristocráticos y a las elites privilegiadas. Cambió el equilibrio de representación hacia las clases media y trabajadora.
Reformas en Escocia e Irlanda:
Escocia e Irlanda también experimentaron cambios en su representación, aunque en menor medida en comparación con Inglaterra. Algunos distritos quedaron privados de sus derechos y se asignaron más escaños a condados y ciudades más grandes.
Significado:
La Ley de Reforma de 1832 marcó un importante paso adelante en la democratización del sistema electoral en Gran Bretaña. Fue la primera reforma electoral importante desde el siglo XV y allanó el camino para futuras reformas democráticas en los años venideros.
La ley amplió el derecho al voto a un segmento más amplio de la población, abordando las demandas de una mayor participación política. Aunque no estableció el sufragio universal, sentó las bases para futuras reformas que eventualmente conducirían a un sufragio democrático más amplio en el Reino Unido.