Oro se encontró en abundancia en el área de la actual Ghana, lo que convirtió al imperio en una fuente importante de este metal precioso. El oro de Ghana se comerciaba con comerciantes del norte de África, Oriente Medio e incluso Europa, lo que aportaba grandes riquezas al imperio.
Sal Se obtuvo del desierto del Sahara, donde se extraía de las salinas. El imperio tenía el monopolio del comercio de la sal y controlaba las rutas por las que se transportaba la sal hacia el sur. La sal era esencial para el consumo humano y animal, lo que la convertía en un bien valioso.
Al controlar el comercio de estos productos esenciales, el Imperio de Ghana se convirtió en una importante potencia económica en la región, facilitando el crecimiento y desarrollo de otras actividades económicas como la agricultura y la manufactura.