La Guerra de Corea provocó un aumento significativo del gasto militar y el surgimiento del complejo militar-industrial en Estados Unidos. La guerra demostró la necesidad de una capacidad y preparación militar sólidas, lo que llevó al gobierno a asignar recursos sustanciales para mantener unas fuerzas armadas grandes y tecnológicamente avanzadas. Este aumento del gasto militar tuvo un impacto duradero en las esferas económica, política y social del país.