Valores personales :Nuestros valores son creencias profundamente arraigadas sobre lo que está bien y lo que está mal, y cuando las acciones de otra persona violan nuestros valores, puede parecer un ataque personal.
Normas sociales :Dependemos de las normas sociales para guiar nuestro comportamiento y expectativas de los demás. Cuando alguien infringe una norma social, puede alterar nuestro sentido de orden y previsibilidad y hacernos sentir enojados o frustrados.
Injusticia :Cuando percibimos las acciones de otra persona como injustas o injustas, podemos desencadenar una sensación de indignación o enojo.
Amenaza :Si percibimos las acciones de otra persona como una amenaza a nuestra seguridad o bienestar, podemos desencadenar una respuesta de miedo o ira.
Empatía :Cuando sentimos empatía por alguien que ha sido perjudicado por las acciones de otra persona, podemos sentirnos enojados o molestos por esa persona.
Trauma no resuelto :Si hemos experimentado un trauma en el pasado, las acciones de otra persona pueden desencadenar emociones o recuerdos no resueltos, lo que lleva a la ira o al malestar.
Falta de control :Cuando sentimos que no tenemos control sobre una situación o las acciones de otra persona, podemos sentirnos frustrados o enojados.
Celos :Si las acciones de otra persona nos hacen sentir celosos o envidiosos, esto puede generar ira o resentimiento.
Decepción :Cuando las acciones de otra persona no cumplen con nuestras expectativas, puede generar decepción e ira.