El sistema de gobierno de los aztecas era monárquico, donde el Consejo del Emperador elegía a su sucesor, elegido entre los miembros del linaje gobernante, y llamaba Casa Real.
El corazón político y espiritual de los aztecas era la ciudad de Tenochtitlan en la isla de Tlatelolco (Lugar del Cactus Espinoso), capital del Imperio Azteca.
Era el Consejo del Emperador el que elegía al sucesor del Emperador, que era elegido entre el linaje gobernante, la llamada Casa Real.
El poder del Emperador era hereditario, considerado de origen divino y gobernaba ayudado por el "Gran Consejo", sus principales deberes eran proteger al Pueblo y honrar a los Dioses.
Los aztecas tenían poca libertad de acción y poca voz en el gobierno debido a que la forma de gobierno era la autocracia.
Civilización azteca
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