El Norte tenía una importante ventaja poblacional sobre el Sur. El censo de 1860 mostró que el Norte tenía una población de 22 millones de personas, mientras que el Sur tenía una población de 9 millones. Esto significó que el Norte tenía una reserva mucho mayor de soldados y trabajadores potenciales para apoyar el esfuerzo bélico.
Fuerza industrial
El Norte también estaba mucho más industrializado que el Sur. Esto dio al Norte una ventaja significativa en términos de fabricación de armas, municiones y otro material de guerra. El Norte también tenía una infraestructura de transporte mucho mejor, lo que facilitaba el movimiento de tropas y suministros por todo el país.
Superioridad naval
El Norte tenía una armada mucho más fuerte que el Sur. Esto le dio al Norte el control de los mares y les permitió bloquear los puertos del Sur, lo que impidió que el Sur importara suministros del extranjero. La marina de la Unión también pudo apoyar a los ejércitos de la Unión transportando tropas y suministros y atacando las fortificaciones confederadas.
Recursos financieros
El Norte tenía una economía mucho más fuerte que el Sur. Esto le dio al Norte la capacidad de recaudar más dinero para financiar el esfuerzo bélico. El Norte también tenía acceso a los mercados financieros internacionales, lo que les permitía pedir dinero prestado a bancos extranjeros.
Estabilidad política
El Norte tenía un sistema político más estable que el Sur. Esto se debió a que el Norte tenía una economía más diversa y un sentido de identidad nacional más fuerte. El Sur, por otro lado, estaba más dividido por clases y regiones, y tenía un gobierno central más débil.
Liderazgo
El Norte también tenía la ventaja de tener un mejor liderazgo que el Sur. El presidente Abraham Lincoln fue un talentoso orador y líder que supo unir al Norte a la causa de la Unión. El Norte también contaba con varios generales talentosos, como Ulysses S. Grant y William Tecumseh Sherman, que pudieron derrotar al ejército confederado.