1. Fatiga de guerra. La Guerra Civil había sido un conflicto largo y sangriento, y muchos norteños simplemente estaban cansados de la guerra y querían seguir adelante.
2. Preocupaciones económicas. La guerra también había cobrado un alto precio en la economía del Norte, y muchas empresas y agricultores estaban luchando por recuperarse. Los norteños estaban cada vez más preocupados por su propio bienestar económico y estaban menos dispuestos a apoyar políticas que creían que beneficiarían a los afroamericanos a sus propias expensas.
3. Racismo. Muchos norteños tenían opiniones racistas hacia los afroamericanos y no estaban dispuestos a apoyar políticas que les dieran iguales derechos.
4. Polarización política. El clima político en Estados Unidos se polarizó cada vez más después de la guerra, y los partidos Republicano y Demócrata se dividieron cada vez más en una variedad de temas, incluida la Reconstrucción. Esto dificultó que el gobierno federal desarrollara e implementara una política de reconstrucción coherente.
5. Resistencia del Sur. Los estados del sur resistieron los esfuerzos de reconstrucción y, a menudo, pudieron bloquear o retrasar la implementación de políticas federales. Esto frustró a los norteños y los hizo menos dispuestos a seguir apoyando la Reconstrucción.
A finales de la década de 1860, el apoyo a la Reconstrucción había disminuido significativamente en el Norte y el gobierno federal ya no podía hacer cumplir eficazmente sus políticas de Reconstrucción. Esto llevó al fin de la Reconstrucción y al comienzo de la era Jim Crow en el Sur.