Ruta de la Seda:
- La Ruta de la Seda, una red de rutas comerciales, era el vínculo principal entre Oriente y Occidente.
- Conectó China, Asia Central, Medio Oriente y Europa.
- Por esta ruta se transportaban seda, especias, metales preciosos y otros bienes.
Comercio en el Océano Índico:
- Esta red conectaba Oriente Medio, África Oriental, India, Sudeste Asiático y China.
- En estas regiones se comercializaban especias, textiles, gemas y otros artículos de lujo.
- Los comerciantes árabes, chinos e indios desempeñaron un papel importante en este comercio.
Comercio transahariano:
- Las rutas comerciales transaharianas unían el norte de África y el África subsahariana.
- En todo el Sahara se comerciaba con oro, marfil, sal, esclavos y otras mercancías.
- Los camellos se utilizaban para transportar mercancías a través del desierto.
Comercio Mediterráneo:
- El Mar Mediterráneo era un centro de comercio marítimo que conectaba Europa, el norte de África y Oriente Medio.
- En estas regiones se comercializaban productos como aceite de oliva, vino, cereales y textiles.
- Venecia y Génova fueron ciudades comerciales destacadas en el Mediterráneo.
Comercio en el Mar Báltico:
- Las rutas comerciales del Mar Báltico conectaban Escandinavia, la región del Báltico y el norte de Europa.
- En esta región se comerciaba con pieles, madera, ámbar y otros bienes.
- La Liga Hanseática, un grupo de ciudades mercantiles, jugó un papel importante en este comercio.
Comercio marítimo chino:
- Durante la dinastía Ming (1368-1644), China amplió sus expediciones marítimas y su comercio.
- Los barcos chinos llegaron al Sudeste Asiático, India, Oriente Medio e incluso África.
- Se exportaron seda, porcelana y otros productos chinos.
Comercio Interregional:
- Además de estas principales rutas comerciales, existían numerosas redes comerciales interregionales dentro de Asia y África.
- Las rutas de caravanas conectaban las principales ciudades y regiones de estos continentes, facilitando el intercambio de bienes e ideas.
Estas rutas comerciales desempeñaron un papel fundamental en la configuración de los paisajes económicos, culturales y políticos del hemisferio oriental. No sólo facilitaron el flujo de bienes y riqueza, sino que también difundieron innovaciones tecnológicas, creencias religiosas e influencias artísticas, lo que condujo a mayores interacciones interculturales y al desarrollo de sociedades diversas.