Sentimientos antialemanes:
Tras el estallido de la guerra en 1914, un fuerte sentimiento antialemán se apoderó de Canadá, alimentado por la propaganda de la guerra y la posición del país dentro del Imperio Británico. Los inmigrantes alemanes y austriacos, que habían establecido comunidades vibrantes antes de la guerra, se convirtieron en blanco de sospecha, hostilidad y discriminación.
Medidas Legales e Internamiento:
En 1914, el gobierno aprobó la Ley de Medidas de Guerra, que otorgaba amplios poderes para hacer frente a amenazas potenciales. Como resultado, miles de extranjeros enemigos fueron clasificados como sospechosos, detenidos sin juicio y confinados en campos de internamiento en todo Canadá. Las condiciones en estos campos eran a menudo deplorables, con hacinamiento, condiciones sanitarias deficientes y alimentación y atención médica inadecuadas.
Campos de internamiento:
Se establecieron múltiples campos de internamiento en lugares remotos de todo el país, incluidos Amherst, Nuevo Brunswick; Lago Spirit, Quebec; y Kapuskasing, Ontario. En el momento álgido del internamiento en 1918, más de 8.500 personas estaban recluidas en estos campos. Si bien algunos detenidos finalmente fueron liberados, otros fueron deportados a sus países de origen al final de la guerra.
Privación de derechos y dificultades económicas:
Los extranjeros enemigos fueron privados de sus derechos civiles, incluido el derecho al voto y a la propiedad. Muchos perdieron sus empleos o enfrentaron dificultades económicas cuando sus negocios y medios de vida se vieron afectados. Estas prácticas discriminatorias crearon importantes desafíos sociales y económicos para las personas afectadas y sus familias.
Internos ucranianos:
Además de los inmigrantes alemanes y austriacos, un gran número de inmigrantes ucranianos también fueron internados durante la Primera Guerra Mundial. A pesar de ser ciudadanos del Imperio austrohúngaro en ese momento, muchos ucranianos tenían sentimientos pro aliados y no se percibían a sí mismos como enemigos de Canadá. Sin embargo, fueron objeto de internamiento y enfrentaron discriminación y persecución.
Legado y Compensación:
La persecución de extranjeros enemigos en Canadá durante la Primera Guerra Mundial dejó cicatrices y traumas duraderos en las comunidades afectadas. En 1988, el gobierno canadiense se disculpó formalmente por el internamiento de canadienses japoneses durante la guerra. Sin embargo, no se ha ofrecido ninguna disculpa ni compensación a las víctimas del internamiento de extranjeros enemigos.
Los acontecimientos históricos que rodearon el trato alienígena enemigo durante la Primera Guerra Mundial sirven como recordatorio de los peligros de la discriminación, el miedo y el uso de chivos expiatorios en tiempos de conflicto. Enfatiza la importancia de defender los derechos humanos, la justicia y la inclusión durante períodos de crisis nacional y la necesidad de aprender de los errores del pasado.