En los primeros tiempos, el té era un artículo de lujo al alcance de los ricos. Sin embargo, a medida que las colonias crecieron y prosperaron, el té se volvió más asequible y, finalmente, personas de todas las clases sociales lo disfrutaron. En la época de la Revolución Americana, el té era la bebida más popular en las colonias y jugó un papel importante en el período previo a la guerra.
El Parlamento británico impuso un impuesto al té en 1767, lo que provocó una ola de protestas en las colonias. Los colonos estaban enojados porque se les aplicaban impuestos sobre un producto que consideraban una necesidad, y sentían que el impuesto era injusto porque no tenían representación en el Parlamento británico.
El Boston Tea Party fue una de las protestas más famosas contra el impuesto al té. En diciembre de 1773, un grupo de colonos se disfrazaron de nativos americanos y abordaron tres barcos británicos que transportaban té. Arrojaron el té en el puerto de Boston, destruyendo más de 340 cajas de té.
El Boston Tea Party fue un importante punto de inflexión en la Revolución Americana. Mostró a los británicos que los colonos estaban dispuestos a luchar por sus derechos y ayudó a unir las colonias contra los británicos. El impuesto al té finalmente fue derogado, pero el daño ya estaba hecho y se habían plantado las semillas de la revolución.