2. Restricciones de migración: Muchos países implementaron políticas de inmigración más estrictas después de la guerra, lo que redujo la afluencia de trabajadores extranjeros. Estados Unidos, por ejemplo, implementó la Ley de Inmigración de 1924, que restringió severamente la inmigración procedente del sur y del este de Europa.
3. Mayor demanda: El período de posguerra fue testigo de un aumento de la actividad económica a medida que las industrias que se habían centrado en la producción de guerra pasaron a producir bienes de consumo. Este repentino aumento de la demanda de bienes provocó una presión sobre la fuerza laboral disponible, lo que contribuyó a la escasez de mano de obra.
4. Cambios industriales: Los avances tecnológicos durante la guerra provocaron cambios en los procesos industriales, que a menudo requirieron habilidades y capacitación especializadas. La adaptación a estos cambios significó que una porción menor de la fuerza laboral poseía las habilidades necesarias para los nuevos empleos, lo que generó escasez de mano de obra calificada.
5. Sindicatos y huelgas: La guerra desató una ola de sindicalización entre los trabajadores, lo que llevó a un mayor poder de negociación colectiva. Los sindicatos a menudo exigían salarios más altos y mejores condiciones laborales, lo que dio lugar a huelgas y paros laborales, lo que exacerbó aún más la escasez de mano de obra.