Una de las formas más visibles y duraderas de discriminación contra los afroamericanos fue la segregación. Las leyes de segregación exigían que los afroamericanos utilizaran instalaciones públicas separadas, como escuelas, hospitales, restaurantes y baños. También se les prohibió vivir en barrios blancos. La segregación fue impuesta tanto por la ley como por las costumbres sociales, y tuvo un impacto devastador en las vidas de los afroamericanos.
Discriminación en el empleo
Los afroamericanos también enfrentaron discriminación en el empleo. A menudo se les negaban trabajos que estaban abiertos a los trabajadores blancos, y cuando podían encontrar trabajo, a menudo se les pagaba menos que a los trabajadores blancos por el mismo trabajo. También tenían más probabilidades de ser despedidos o despedidos durante las crisis económicas.
Discriminación en la vivienda
Los afroamericanos también fueron discriminados en materia de vivienda. A menudo se les negaban hipotecas o se les cobraban tasas de interés más altas que a los prestatarios blancos. También era más probable que vivieran en barrios segregados, superpoblados y carentes de servicios básicos.
Violencia e intimidación
Los afroamericanos a menudo fueron objeto de violencia e intimidación por parte de los supremacistas blancos. Esta violencia incluyó linchamientos, atentados con bombas y palizas. A menudo se llevó a cabo con el apoyo o la aprobación tácita de las autoridades.
El legado de la discriminación contra los afroamericanos sigue teniendo un profundo impacto en sus vidas hoy. Los afroamericanos tienen más probabilidades de vivir en la pobreza, tener ingresos más bajos y menos acceso a una educación y atención médica de calidad que los estadounidenses blancos. También tienen más probabilidades de ser encarcelados o asesinados por la policía.